Se aproxima la Conmemoración del Día Internacional de la Mujer (DIM). Será el 8 de marzo cuando unamos nuestras fuerzas desde los rincones más insólitos del planeta, en una sola voz, llena de ímpetu y esperanza, y de esa forma, exclamar nuestro anhelo por alcanzar el merecido respeto a nuestro género, para exigir que se dignifique nuestra posición en todos los ámbitos sociales, culturales, políticos, educativos, laborales, familiares y donde quiera que nos desarrollemos, para que se reconozcan todos y cada uno de nuestros derechos, para eliminar la discriminación y todos los tipos de abusos, para lograr la equidad y para alcanzar la justicia tan ansiada que hemos implorado durante siglos.
Para conmemorar esta significativa fecha, en esta ocasión se me ocurrió recurrir a la ayuda de 8 mujeres para que fueran las protagonistas simbólicas de esta celebración. ¿Por qué las elegí a ellas? Por que son mujeres como cualquier otra que habitamos un espacio en esta tierra. Diariamente libran sus propias batallas para subsistir y vivir dignamente. Acudí a ellas para solicitarles que expusieran, según su particular punto de vista, el significado de SER MUJER.
Hablar de cada una de ellas no es el objetivo de este artículo, pero sí puedo mencionar de manera general que se trata de mujeres de distintas edades y experiencias, pero con un objetivo en común: vivir en paz, trabajando con honestidad y valor, con la esperanza de no sufrir abusos de ningún tipo y con la firme idea de ser respetadas y valoradas...convicciones que compartimos todas las mujeres del planeta.
Noemí, Carmen, Rosalba, Anita y Obdulia |
Todas cumplen cabalmente con sus obligaciones diarias, y también se cansan, mantienen a sus hijos, cuidan de sus hogares, tienen grandes responsabilidades y preocupaciones, atienden a sus familias y sufren de imprevistos como cualquier persona en el mundo; algunas de ellas son el único sostén de sus familias donde hay miles de problemas, otras más jóvenes, tratan de forjarse un futuro con una visión independiente…en fin, todas son orgullosamente MUJERES mexicanas.
Por último, falta mencionar a una mujer que en realidad ocupa un lugar trascendental en la vida de esta servidora: mi madre. No podía omitir en este artículo que habla sobre mujeres, el pensamiento de quien me procreó, me cuidó y me educó amorosamente.
Sin pretender cansar a los lectores y, mucho menos, ser chocante, debo reconocer públicamente que mi madre es un gran ejemplo de lo que para mí significa SER MUJER: constancia, lucha, fuerza, resiliencia, esfuerzo, amor, tolerancia, apoyo, lealtad, principios, valores, dignidad, valentía, incondicionalidad, entrega… Por lo tanto, su opinión es indispensable para este artículo.
Sin pretender cansar a los lectores y, mucho menos, ser chocante, debo reconocer públicamente que mi madre es un gran ejemplo de lo que para mí significa SER MUJER: constancia, lucha, fuerza, resiliencia, esfuerzo, amor, tolerancia, apoyo, lealtad, principios, valores, dignidad, valentía, incondicionalidad, entrega… Por lo tanto, su opinión es indispensable para este artículo.
La pregunta que les hice a estas maravillosas mujeres fue:
PARA TÍ, ¿QUÉ ES SER MUJER?...
1
Somos un cúmulo de sentimientos (tal vez, no bien logrados), pero llenas de amor, entrega, agradecidas con la vida por el hecho de ser portadoras de darla, lo cual es una gran responsabilidad. ¡¡Estoy orgullosa de ser mujer!!, y siento que he cumplido, hasta donde es posible, con todo lo que la vida me ha exigido.
...Mi madre.
2
Mujer es voluntad, fuerza, capacidad, tenacidad y vigor
…Noemí
3
Ser mujer es lo más maravilloso del mundo. Ser mujer es valorarse, es quien da vida, luz a la casa, a los hijos…es todo: socióloga, contadora, amante...¡un dechado de virtudes!
...Carmen
4
Ser mujer... ¡es ser chingona!
…Obdulia
5
El concepto de mujer involucra la responsabilidad de ser madre,
compañera y trabajadora
…Ivonne
6
Ser mujer es ser fregona, nos ocupamos de todo y hemos aprendido a ser independientes. No olvidemos que, además, poseemos la magia de la feminidad
…Isela
7
Mujer es sinónimo de incondicionalidad, de entregarnos de forma absoluta,
sin esperar nada a cambio
sin esperar nada a cambio
…Rosalba
8
Mujer es esperanza y amor
…Anita
Mujeres, gracias por su tiempo, por su cooperación para este trabajo, por enseñarme cada día que el esfuerzo, el optimismo y la amabilidad son sus grandes dones pero, sobre todo, por ser como son: mujeres luchadoras, responsables, soñadoras y muy...¡¡CHINGONAS!!
A tí, madre, gracias por el magnífico regalo que la vida me dio: ser hija de un grandioso ejemplar femenino.
A tí, madre, gracias por el magnífico regalo que la vida me dio: ser hija de un grandioso ejemplar femenino.
POEMA
Por último, antes de cerrar esta entrada, me gustaría compartir (y siguiendo en la línea de la conmemoración femenina), un bellísimo poema dedicado a todas las mujeres que leen esta nota, deseando que cada una de nosotras encontremos, desde nuestros propios hogares y entornos, el cambio que tanto necesitamos.
Jenny del Pilar Londoño López es escritora, historiadora y socióloga ecuatoriana. Nació el año 1952 en Guayaquil, Ecuador.
Es poseedora de una gran sensilbilidad, fuerza, inteligencia y experiencia. Ha escrito magistralmente infinidad de poemas, ensayos, libros, antologías y ponencias. Esta extraordinaria mujer es una activista a favor de la equidad y los derechos de nosotras las mujeres.
Uno de sus poemas se titula REENCARNACIONES (VENGO DESDE EL AYER). Este maravilloso poema obtuvo el primer premio en el concurso de poesía "Gabriela Mistral" en Quito, Ecuador en 1992. En esta obra, Jenny realiza una maravillosa descripción de la historia de la mujer, a través de los siglos y, en la sociedad.
Leerlo nos hará, sin duda alguna, reflexionar sobre lo que ha sido el pasado de la mujer, el presente y lo que debería ser el futuro....
REENCARNACIONES
Vengo desde el ayer
desde el pasado oscuro y olvidado
con las manos atadas por el tiempo
con la boca sellada desde épocas remotas.
Vengo cargada de dolores antiguos,
recogidos por siglos, arrastrando
cadenas largas e indestructibles.
Vengo desde la oscuridad,
del pozo del olvido
con el silencio a cuestas,
con el miedo ancestral
que ha corroído mi alma
desde el principio de los tiempos.
Vengo de ser esclava por milenios,
esclava de maneras diferentes: sometida al deseo de mi raptor en Persia, esclavizada en Grecia bajo el poder romano, convertida en vestal en las tierras de Egipto,ofrecida a los dioses en ritos milenarios vendida en el desierto o canjeada como una mercancía.
Vengo de ser apedreada por adúltera
en las calles de Jerusalén
por una turba de hipócritas,
pecadores de todas las especies
que clamaban al cielo mi castigo.
He sido mutilada en muchos pueblos
para privar mi cuerpo de placeres
y convertida en animal de carga,
trabajadora y paridora de la especie.
Me han violado sin límite
en todos los rincones del planeta
sin que cuente mi edad madura o tierna
o importe mi color o mi estatura.
Debí servir ayer a los señores,
prestarme a sus deseos,
entregarme, donarme, destruirme,
olvidarme de ser una entre miles.
He sido barragana de un señor en Castilla,
esposa de un marqués
y concubina de un comerciante griego,
prostituta en Bombay y en Filipinas
y siempre ha sido igual mi tratamiento.
De unos y de otros siempre esclava,
de unos y de otros dependiente,
menor de edad en todos los asuntos,
invisible en la historia más lejana
y olvidada en la historia más reciente.
Yo no tuve la luz del alfabeto.
Durante largos siglos
aboné con mis lágrimas
la tierra que debí cultivar
desde mi infancia.
He recorrido el mundo
en millares de vidas
que me han sido entregadas
una a una y he conocido
a todos los hombres del planeta.
Los grandes y pequeños,
los bravos y cobardes,
los viles, los honestos,
los buenos, los terribles,
mas casi todos llevan
la marca de los tiempos.
Unos manejan vidas
como amos y señores,
asfixian, aprisionan y aniquilan.
Otros dejan almas
comercian con ideas,
asustan o seducen,
manipulan y oprimen.
Unos cuentan las horas
con el rutilo del hombre
atravesado en medio de la angustia.
Otros viajan desnudos
por su propio desierto
y duermen con la muerte
en la mitad del día.
Yo los conozco a todos,
estuve cerca de unos y de otros,
sirviendo cada día,
recogiendo migajas,
bajando la cerviz a cada paso,
cumpliendo con mi karma.
He recorrido todos los caminos
he arañado paredes y ensayado silencios
tratando de cumplir con el mandato
de ser como ellos quieren
mas no lo he conseguido.
Jamás se permitió que yo escogiera
el rumbo de mi vida.
He caminado siempre en una disyuntiva
ser santa o prostituta.
He conocido el odio de los inquisidores
que a nombre de la santa madre iglesia
condenaron mi cuerpo a su servicio
y a las infames llamas de la hoguera.
Me han llamado de múltiples maneras:
bruja, loca, adivina, pervertida,
aliada de satán,
esclava de la carne,
seductora, ninfómana,
culpable de los males de la tierra.
Pero seguí viviendo, arando,
cosechando, cosiendo,
construyendo, cocinando, tejiendo,
curando, protegiendo, pariendo,
criando, amamantando, cuidando
y sobre todo amando.
He poblado la tierra de amos y de esclavos,
de ricos y mendigos, de genios y de idiotas,
pero todos tuvieron el calor de mi vientre,
mi sangre y su alimento
y se llevaron un poco de mi vida.
Logré sobrevivir a la conquista
brutal y despiadada de Castilla
en las tierras de América
pero perdí mis dioses y mi tierra
y mi vientre parió gente mestiza
después que el amo
me tomó por la fuerza.
Y en este continente mancillado
proseguí mi existencia
cargada de dolores cotidianos,
negra y esclava en medio de la hacienda
me vi obligada a recibir al amo
cuantas veces quisiera
sin poder expresar ninguna queja.
Después fui costurera,
campesina, sirvienta, labradora,
madre de muchos hijos miserables,
vendedora ambulante, curandera,
cuidadora de niños o de ancianos,
artesana de manos prodigiosas,
tejedora, bordadora, obrera,
maestra, secretaria, enfermera,
siempre sirviendo a todos,
convertida en abeja o sementera
cumpliendo las tareas más ingratas
moldeada como cántaro por las manos ajenas.
Y un día me dolí de mis angustias
un día me cansé de mis trajines,
abandoné el desierto y el océano,
bajé de la montaña,
atravesé las selvas y confines
y convertí mi voz dulce y tranquila,
en bocina del viento
en grito universal y enloquecido.
Y convoqué a la viuda, a la casada,
a la mujer del pueblo, a la soltera,
a la madre angustiada, a la fea,
a la recién parida, a la violada,
a la triste, a la callada, a la hermosa,
a la pobre, a la afligida, a la ignorante,
a la fiel, a la engañada, a la prostituida.
Vinieron miles de mujeres juntas
a escuchar mis arengas,
se habló de los dolores milenarios,
de las largas cadenas
que los siglos nos cargaron a cuestas.
Y formamos con todas nuestras quejas
un caudaloso río
que empezó a recorrer el universo
ahogando la injusticia y el olvido.
El mundo se quedó paralizado
los hombres y mujeres no caminaron
se pararon las máquinas, los tornos,
los grandes edificios y las fábricas
ministerios y hoteles, talleres y oficinas,
hospitales y tiendas, hogares y cocinas.
Las mujeres, por fin, lo descubrimos.
¡Somos tan poderosas como ellos
y somos muchas más sobre la tierra!
¡Más que el silencio
y más que el sufrimiento!
¡Más que la infamia
y más que la miseria!
Que este canto resuene
en las lejanas tierras de Indochina
en las arenas cálidas del África,
en Alaska y América Latina,
llamando a la igualdad entre los géneros
a construir un mundo solidario
–distinto, horizontal, sin poderíos-
a conjugar ternura, paz y vida,
a beber de la ciencia sin distingos,
a derrotar el odio y los prejuicios,
el poder de unos pocos,
las mezquinas fronteras,
a amasar con las manos de ambos sexos
el pan de la existencia.
Jenny Londoño
Fuentes:
http://literatura.wikia.com/wiki/Jenny_Londo%C3%B1o_L%C3%B3pezMUJER:
Desde mucho tiempo atrás, las mujeres hemos venido cargando y arrastrando culpas, errores históricos, obligaciones que no nos corresponden, estereotipos absurdos, abusos inconcebibles, hemos sido ignoradas, desvalorizadas, violentadas...¡¡YA NO MÁS!!
Nunca más volvamos a denigrarnos ante nadie,
necesitamos reencarnar, de una vez por todas,
en seres fuertes, invulnerables e
inmunes a las adversidades.
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